Elemento

Historia

Historia de Ayllón

ORÍGENES CELTIBÉRICOS

Como ocurre con otros muchos pueblos, Ayllón no conserva restos de su pasado más remoto, aunque hayan quedado en el Cerro claras muestras de la existencia de un importante asentamiento celtibérico.

Prueba de ello son los abundantes restos de cerámica roja y negra con línea horizontales y circunferencias concéntricas parecidas a las encontradas en Numancia y otros lugares de Soria.

Parece ser que este asentamiento celtibérico de Ayllón guardaba estrecha relación con la ciudad prerromana de Tiermes o Termancia, que fue destruida por los romanos, al mando de Tito Didio, en el año 94 a.C.

ROMANOS, GODOS, VISIGODOS Y ÁRABES

Poco dejaron los romanos en Ayllón tras acabar con el asentamiento celtibérico del Cerro y pacificar la zona de Termancia.

A las legiones romanas las siguieron godos y visigodos, de los que han quedado algunos restos hallados en la necrópolis de La Dehesa.

De la ocupación árabe sí han quedado en la villa numerosas e importantes muestras, como los lienzos de muralla de tapial denominados ‘Los Paredones' y la propia torre albarrana de dicha muralla, a la que se conoce como La Martina, por haber servido de campanario de la iglesia románica de San Martín, construida a sus espaldas y de la que hoy únicamente quedan los cimientos.

UNA LARGA RECONQUISTA

En la primavera del año 933, el conde Fernán González averigua por sus espías que un gran ejército árabe avanza por los caminos de Medinaceli, amenazando las plazas de Osma y San Esteban. Mientras sus mensajeros corren a dar cuenta al rey de León, él resiste el primer embate.

A partir de esta fecha, en los comienzos de la unidad de este Condado de Castilla, la mayor parte de las tropas árabes entrarán por este camino. Aunque no se cita, puede que Ayllón fuera una de las muchas plazas que sufrieran las duras embestidas de Almanzor, como lo fueron San Esteban, Gormaz y tantos otros. Lo cierto es que la permanencia árabe en esta tierra fue prolongada.

En el poema Myo Cid, al describir el viaje del legendario Rodrigo de Vivar camino del destierro, cita los siguientes versos: 'De siniestro San Estevan una buena ciudad / de diestro a Lilon las torres moros las han'. De ello se deduce que en aquella época, reinando Alfonso VI, Ayllón estaba en poder de los árabes.

AL FIN VILLA CRISTIANA

Según las crónicas, Ayllón fue reconquistada en mayo de 1085 por las tropas de Alfonso VI, que consiguió trasladar la frontera con los árabes del Duero al Tajo.

Inicialmente, la villa pasa a pertenecer a la Diócesis de Osma, pero al reformarse en 1088 la de Castilla, es asignada a la de Sigüenza.

En el año 1154, el rey Alfonso VII estuvo en la villa, y en 1180 la visitarían Alfonso VIII y su esposa Doña Leonor.

Precisamente, fue este último monarca quien otorgó en Ayllón, el 8 de agosto de 1201, un privilegio a la villa de Sepúlveda que eximía de tributos a quienes vivieran todo el año con casa dentro de sus muros.

Durante el reinado de Alfonso VIII, las milicias del concejo de Ayllón participaron y vencieron en la batalla de las Navas de Tolosa (16 de julio de 1212), al mando del paladín Don Diego López de Haro, llevando como estandarte el actual escudo de la villa.

En 1214, el propio taumaturgo San Francisco de Asís, procedente de Arévalo, funda en las afueras de la villa el convento de frailes menores que hoy lleva su nombre.

JUDÍOS EN AYLLÓN: EL MILAGRO DE LAS CRUCES

Ya en el siglo XII, los judíos en Castilla eran propiedad del rey y, como hebreos, podían salir de la judería los días laborables hasta después del Ave María (puesta del sol), pero debían permanecer encerrados los domingos y días de fiestas religiosas.

La historia recoge un suceso, muy relacionado con la comunidad judía, acaecido en Ayllón a finales del siglo XIII:

El llamado ‘Profeta de Ayllón'
Este hecho tiene que ver con el llamado ‘Milagro de las Cruces', del que no tenemos noticias judías, sino las que proceden de Abner de Burgos, judío convertido al cristianismo, del que se hizo eco Amador de los Ríos en su ‘Historia social, política y religiosa de los judíos de España y Portugal', así como numerosos escritores cristianos posteriores.

Por esa época, al parecer, tuvo lugar un movimiento mesiánico judío instigado por dos líderes, uno al que se denominaba Profeta de Ávila y otro llamado Profeta de Ayllón (probablemente el mismo, al que se conocía con esos dos apelativos, que sería natural de Ayllón pero residente en Ávila).

El movimiento mesiánico popular vaticinaba que el último día del mes hebreo de ‘tammuz' (por junio o julio) del año de 1295, los judíos recibirían una señal de la redención o llegada del Mesías en forma del tañido del ‘shofar' (cuerno de carnero).

Sin embargo, el día señalado el cuerno del carnero no sonó y aparecieron cruces en las casas de dichos rabinos, así como en sus vestimentas y dondequiera que ellos entraran. Para algunos judíos tal hecho había sido obra del diablo, mientras que otros, creyéndolo una señal del Mesías, abrazaron el cristianismo.

AYLLÓN, SIEMPRE EN LA HISTORIA

En 26 de julio de 1300, por la confirmación de un privilegio del rey don Sancho, se sabe que estuvieron en Ayllón los reyes don Fernando IV, el Emplazado, y su madre, la prudente reina doña María de Molina, procedentes de Valladolid y camino de Almazán.

Asimismo, doña María de Molina pasó en Ayllón parte de la cuaresma del año 1306.

Alfonso XI se casa con doña Constanza Manuel, hija del infante don Juan Manuel, a la que repudia para casarse con doña María de Portugal. Este hecho fue motivo para que las tropas del infante pasaran a sangre y fuego, en 1327, las villas de Ayllón y Sepúlveda, entre otras, en una acción devastadora y cruel.

También Alfonso XI pasó las Navidades de 1333 en Cuéllar, descansando en Ayllón, camino de Sepúlveda.

UNA VILLA PARA LOS ENCUENTROS REALES

Ayllón fue una de las primeras fortalezas que defendieron la causa del primer rey de la Casa Trastámara, don Enrique el de las Mercedes, después de la muerte de su hermano don Pedro I El Cruel.

Sin embargo, la historia más brillante de Ayllón tiene lugar en el verano del año 1411, cuando el rey de Aragón, don Martín El Humano, muere sin sucesión. El reino se halla entonces en una situación crítica y son varios los pretendientes: don Jaime, conde de Urgel; don Alfonso, duque de Gandía; el conde de Foix, casado con la infanta doña Juana de Aragón; don Fadrique, hijo legitimado de don Martín de Sicilia; don Luis de Anjou, duque de Calabria, y don Fernando de Antequera, hijo de Juan I.

Don Fernando, hijo también de doña Leonor de Aragón, es el pariente más próximo y, además, goza de gran fama, en especial por sus victorias en Andalucía y la conquista de Antequera, que le valió el sobrenombre.

Los hombres de buena voluntad intentan poner de acuerdo a las Cortes de Aragón, Cataluña y Valencia, en un intento de mantener la unidad, para lo cual es del todo necesario aceptar un acuerdo que acabe con la anarquía imperante. Dicho acuerdo se fundamenta en el nombramiento de nueve compromisarios –tres por cada uno de los reinos confederados– que se reúnen en Caspe.

Mientras tanto, las intrigas políticas favorecen que don Fernando se instale en Ayllón, adonde llama a la reina doña Catalina de Lancáster y a su sobrino, el rey niño don Juan, después don Juan II. Ante la llamada, la comitiva real se traslada a la villa desde Riaza el 16 de julio de 1411, para acabar firmando la paz con Portugal, una paz muy buscada tras la derrota que las tropas castellanas, mandadas por el rey Juan I, sufrieron en la batalla de Aljubarrota el 14 de agosto de 1385.

Pocos días después llega también a Ayllón, procedente de Toledo, el gran taumaturgo san Vicente Ferrer, convocado también por los reyes, y el fraile se hospeda en el convento de San Francisco. Es fama que predicó ante ellos y que aconsejó a los reyes que los judíos tuvieran barrios separados de los cristianos.

Lo que sí tuvo de acertada la elección de don Fernando de Antequera en el Compromiso de Caspe es su acusada personalidad como político y guerrero.

¿Tuvo algo que ver la decisión tomada en Caspe con estas reuniones? Es muy posible que en ellas se fraguara el resultado, pues san Vicente Ferrer fue su más infatigable defensor.

JUDÍOS EN AYLLÓN: LA REPRESIÓN

No existen muchas noticias sobre los judíos de Ayllón, como reconoce el gran historiador de los judíos en la España cristiana, Yitzhak Baer, autor de una monumental Historia de los judíos en la España cristiana.

Sin embargo, sí se sabe que en Ayllón existía una de las más importantes juderías de la provincia de Segovia, junto con las de Cuéllar, Coca, Fuentidueña y Pedraza.

Prueba de la importancia de la judería de Ayllón, es que ésta era considerada aljama, es decir, que tenía la suficiente entidad y cantidad de población como para autogestionar los diversos impuestos que la monarquía imponía sobre la comunidad judía.

Las Leyes de Ayllón
Como ya se ha dicho, en 1411, San Vicente Ferrer compareció y predicó en Ayllón contra los judíos ante los regentes –los ya citados Catalina de Lancáster y Fernando de Antequera– y, como tiempo atrás se había rebelado en esta villa un hebreo llamado ‘Profeta', mandó que, en adelante, los judíos portasen una visible señal colorada.

En 1412, los mismos tutores del rey Juan II promulgan unas disposiciones, conocidas como las Leyes de Ayllón, muy restrictivas hacia la comunidad judía castellana.

De modo general, dicha legislación limitó la independencia jurídica y administrativa de las aljamas, prohibió a los judíos el desempeño de ciertas actividades profesionales y estableció la segregación social de la comunidad judía.

Prueba de la huella que dejó la villa en el pueblo semita es que existe el apellido Ayllón en judíos y conversos:

Sirva de ejemplo Juan de Ayllón (siglo XVI), que fue reo de la Inquisición, figuró en la lista de conversos que la Inquisición española pasó a la portuguesa para su búsqueda y también fue imputado en el proceso de Francisco de la Cruz.

Por su parte, Salomón Ayllón (siglo XVII) fue rabino de la comunidad sefardí de Londres, notable talmudista y erudito. Datos sobre él se pueden encontrar en Wikipedia (versión inglesa).

MÁXIMO ESPLENDOR DE LA VILLA:
DE DON ÁLVARO DE LUNA AL MARQUÉS DE VILLENA

El mayor auge y esplendor de la villa de Ayllón tienen lugar a mediados del siglo XV, con ocasión de estar en ella, en calidad de desterrado, el Condestable de Castilla, Don Álvaro de Luna, a quien el rey Juan II había concedido en 1421 el Señorío de San Esteban de Gormaz, formado por el propio San Esteban, la ciudad de Osma, Alcozar y Baraona, ahora en Soria; las villas de Ayllón, Riaza, Castilnovo, Fresno de Cantespino y Maderuelo, ahora en Segovia, y el Castillo de Garcimuñoz, en Cuenca.

Cronología
- En 1423, Juan II otorga a Don Álvaro de Luna el título de conde de San Esteban.
- En 1440, Don Álvaro de Luna funda mayorazgo en favor de su hijo Juan de Luna, quien recibe el condado de San Esteban de Gormaz.
- En 1453, el rey Juan II, presionado fuertemente por determinados miembros de la corte, ordena que Don Álvaro de Luna sea decapitado en Valladolid. Ese mismo año, Juan II hace merced al conde Juan de Luna de la villa de San Esteban, con el título de condado, y de las villas de Ayllón, Riaza, Langa, Horadero, Rejas y Alcozar, entre otras, y de las tercias de la ciudad de Osma.
- En 1455, Enrique IV confirma las donaciones que hizo Juan II a Juan de Luna.
- En 1456, muere Juan de Luna y sus posesiones pasan a su hija, Juana de Luna, bajo la tutoría de su abuela, Juana Pimentel, viuda de Don Álvaro de Luna y marquesa de Montalbán.
- En 1459, Diego López Pacheco, II marqués de Villena y II duque de Escalona, no sin turbias maquinaciones en la corte, entra en posesión de estas propiedades al contraer matrimonio con Juana de Luna, nieta del Condestable.

Como importante villa dependiente de los marqueses de Villena, Ayllón prosperó y vio crecer su patrimonio arquitectónico, monumental y artístico, a la vez que mantenía e incrementaba su innegable peso en la historia.

En la actualidad, la casa titular del Condado de San Esteban y Montijo es la de los duques de Alba.

DEL SIGLO XVI EN ADELANTE

- En el Archivo de Simancas hay una provisión real de doña Isabel la Católica, fechada en Alcalá de Henares en 1503, en la que establece una concordia en los debates que tenían don Diego Hurtado de Mendoza, duque del Infantado, y su hijo don Íñigo de Mendoza con las villas de Santisteban y Ayllón, Maderuelo, Fresno de Cantespino, Barahona de Ambos Barrios, Alcozar, Riaza, Castillo de García-Muñoz, Castilnovo y Osma.

- En agosto de 1581, camino de Ávila y procedente de Soria, donde acababa de fundar el convento de la Santísima Trinidad, santa Teresa afronta uno de los viajes más duros y penosos de su vida.
En pleno verano y con el sol abrasándolo todo –‘con harta calor', como diría Teresa de Jesús–, la santa emprende un agotador trayecto que incluso hará que su salud se resienta.
La acompañan Ana de San Bartolomé, su enfermera e inseparable compañera de reforma, el canónigo racionero Pedro de Ribera y dos carreteros.
Al parecer, la comitiva descansa en Burgo de Osma, pasa por Piquera de San Esteban y se dirige a Ayllón, para después seguir hacia Segovia y, finalmente, hacia Ávila.
Teodoro García García cuenta en sus libros El Señorío de Ayllón e Historia y tradiciones de Ayllón y su tierra que es muy posible que santa Teresa estuviera en la villa un par de días (19 y 20 de ese mes de agosto de 1581) y que se alojaría en la hospedería del convento de frailes menores de San Francisco.

- Es indiscutible que Ayllón siguió la vida de Castilla a través de sus luchas en la guerra de las Comunidades y cuantos acontecimientos históricos hubo en épocas precedentes.

- Fue en Ayllón donde Juan Martín Díez, El Empecinado aceptó la solicitud de la Junta de Guadalajara y Sigüenza para que se desplazara, el 11 de septiembre de 1809, a Guadalajara, donde poco a poco se pusieron bajo su mando gran parte de las diferentes partidas que operaban en la provincia.
También en 1809 las fuerzas guerrilleras de El Empecinado atacaron a los franceses en las proximidades de Ayllón, por lo que éstos, en 1810, saquearon la villa y quemaron varias casas, los archivos de la parroquia de San Miguel y parte de la Casa del Ayuntamiento. Al año siguiente, las tropas del general Durán atacaron a los invasores, cerca de Ayllón, el 23 de julio.

- En noviembre de 1825 se formó un batallón de voluntarios realistas contra las tropas carlistas, con 324 plazas de Ayllón y su partido.

- En 1929, la villa recibió la visita de la egregia infanta doña Isabel, que antes de viajar a Barcelona quiso conocer personalmente los dos edificios de Ayllón que se reproducen en el Pueblo Español: el Palacio de los Contreras y la Casa de la Torre.